Buenas tardes, y feliz fin de semana desde nuestro equipo.
Hoy decidimos hablaros de Frank Lloyd Wright, un arquitecto que sin duda rompió los moldes. Pero primero lo situaremos en el tiempo,1867-1959. Los años 50 fueron el final de su vida, aunque si lo pensamos bien no hace tanto tiempo de esto, y mucho menos, cuando hablamos de un icono. Quizás de él os venga a la mente una de las obras más célebres, «La casa de la Cascada», de la que de hecho hablamos levemente en el post de las casas increíbles. Para nosotros, sin duda, Frank Lloyd ha sido el primer clásico de la arquitectura moderna americana.
Este maestro tenía una forma de entender la arquitectura en su sentido más amplio, por ejemplo en su relación con la naturaleza, construyendo un nuevo paisaje en el que la arquitectura sería la pieza fundamental, adaptada a su entorno y a sus usuarios.
Wright decía: «Denme a un hombre de negocios inteligente y le cambiaré la cara al país» Y así lo hizo, la casa de Ferderick.C Robie fue un ejemplo de ello, un cambio en el aspecto de la vivienda estadounidense. Pero tiene tantas obras innumerables que solo tenemos tiempo a destacaros unas cuantas…
La casa WARD W.WILLITS, una construcción preciosa como vemos. Superficies blancas en contraste con los ornamentos de madera en color oscuro. Su planta tiene forma de cruz, y como veis con muy pocas paredes como elementos divisorios. En esta etapa Wright experimentaba con los muebles, que él mismo diseñaba integrándolos como algo fijo en su arquitectura, dado que veía que los usuarios de las viviendas aparecían con sus muebles antiguos. Así que con bancos, estanterías o armarios fijos y empotrados, conseguía mantener el estilo de su obra al menos en lo básico. Pero no solo hacía un proyecto residencial, si no que el entorno entraba en armonía con la casa, un trabajo de paisajismo que completaba la obra.
El edificio LARKIN en Nueva York es otro de los que ayudaron a cambiar la visión americana, las ideas que había. Una roca de ladrillos rojizos enmarcada por unos pilares, tenía muy poco «ornamento» .Toda la superficie interior se empleaba para puestos de trabajo gracias al diseño y distribución de todas las instalaciones del edificio, haciéndolo completamente funcional.
Los pisos se hacen galerías abriéndose sobre el patio interior, iluminado a su vez por la luz natural del techo. Wright también se encargó de buscar la «comodidad» en los muebles, llegando a crear unas sillas colgadas de la mesa para facilitar la limpieza de las zonas. ¿Su innovación? el aire acondicionado o muebles de escritorio incorporados.
Pero os adelantamos que el Edificio Larkin fue demolido en el 1950. Una de esas decisiones terribles para la arquitectura, dio mucho de qué hablar y mantuvo muchas protestas de editoriales o de colegas del sector.
Podríamos hablar de muchas obras, de toda una vida de trabajo, como «La Casa Avery Coonley», «Taliesin» su studio y finca, la «Casa Francis W.Little» demolida en 1972, o el «Hotel Imperial» de Tokio, resistente a los seísmos.
Pero avanzando en los años tenemos la obra de la casa de la cascada, oficialmente, la casa Edgar J.Kaufmann, la «FALLING WATER» de 1935-1939, una de las grandes bendiciones de Wright. Armonía, serenidad y reposo en una perfecta combinación con el bosque. Todas las estancias tienen una maravillosa terraza desde la que conectar con el precioso paisaje, lleno de árboles, plantas, ríos, y rocas. Una construcción de piedra y hormigón que consigue perderse en el descenso de la cascada…
La casa de Paul y Jean Hanna, «HANNA HOUSE» ,es particular también por su diseño en planta hexagonal, una planta con ángulos más grandes que los rectos. Imaginaros, hicieron falta decenas de dibujos para llegar a unos planos «comprensibles» para la construcción.
Y ya para terminar, porque llenaríamos un libro, nos acercamos a otra de sus obras maestras (desde mi punto de vista el rey perfecto para «La Casa de la Cascada») sin duda, el «MUSEO GUGGENHEIM» de Nueva York, 1943-1959. Una construcción con una rampa que facilitase a los usuarios ver el museo de arriba a abajo cómodamente disfrutando de un patio abierto. En Abril de 1959 Frank falleció y el museo ya estaba casi terminado, con lo que seis meses después abriría sus puertas. Un edificio de planta circular en el que se exponen hoy las mejores obras…
¿Y por último? Su proyecto sin terminar…Broadacre City. Toda su vida creyó que las ciudades no tenían un ambiente saludable, «la aceleración que precede a la desintegración» decía él, y así llegó a «THE LIVING CITY» ,1958. Una ciudad hipotética creada por él y sus aprendices, con un paisaje de colinas ondulantes,edificios diseñados por él anteriormente, medios de transporte futurista, y un ambiente galáctico entre las praderas, los lagos y los ríos.
Una ciudad hermosa, saludable y humana, la ciudad ideal que Frank Lloyd Wright quiso siempre…
Un saludo desde nuestro equipo.